El ADN de las palabras. José Antonio Martín Viñas

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El ADN de las palabras
José Antonio Martín Viñas
El ADN de las palabras. José Antonio Martín Viñas

Colección NARRATIVA nº 155
ISBN: 978-84-17433-96-3 • 178 páginas • PVP: 15 €

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INFORMACIÓN DEL LIBRO:

La divulgación cultural y científica es esencial para toda sociedad, pero las exigencias del sistema educativos nos disuaden de cultivar una actividad que no va a computar en el currículum. Es esencial conocer el origen de nuestras palabras, porque de la comprensión de cómo se forma cada término cotidiano nace la comprensión de la realidad y la capacidad de gobernarnos a nosotros mismos. José Antonio Martín Viñas ofrece en este libro esas herramientas.
Si la poesía ensancha las palabras también lo hace la lengua coloquial, la cotidiana; y la filosofía ahonda las palabras; se adentra en la busca de la precisión conceptual y nos lleva así a honduras no sospechadas, o si preferimos, nos impulsa a la altura más abstracta y elevada del pensamiento.
La evolución en las palabras refleja la historia de las ideas y de la cultura que expresan y contribuyen a crear, incluso de los sucesos de la sociedad en la que nacen y se desarrollan. El ser humano lo es gracias a su capacidad de hablar y razonar. Y este libro nos ayuda en ese proceso imprescindible, para crecer como personas.
José Antonio Martín Viñas nos presenta 41 conceptos esenciales para nuestra vida, nos desgrana su origen y la historia de cada palabra y nos hace ver que nuestra vida es parte de una eterna cadena, de la que somos un eslabón, y que lo que sentimos está inexorablemente unido a cientos de generaciones anteriores y a las posteriores. Lo hace explicando el origen y el devenir de palabras como: Amigo, arte, contemplar, cultura, desear, educar, energía, felicidad, hogar, humano, madre, pensar, profesor o soñar, entre otras. Y la explicación es amena, incluso divertida.


José Antonio Martín Viñas
José Antonio Martín Viñas

(Cuntis, Pontevedra, 1966).
Nació cerca del océano Atlántico, donde la niebla cuenta miles de historias. Reside en Salamanca. Es licenciado en Filología Clásica e Hispánica por la Universidad de Salamanca. Trabaja como profesor de Lengua castellana y Literatura de Educación Secundaria en el IES Calisto y Melibea de Santa Marta de Tormes (Salamanca).
Es autor de dos libros de relatos en M.A.R. Editor con una extraordinaria acogida de los lectores: Te tengo en cuento, y Cuentos entre encuentros. El ADN de las palabras es su primer texto de no ficción en la editorial.
Ha participado en las antologías: Relatos de Zamora, Cuentos del coronavirus y en los volúmenes de M.A.R. Editor: Castilla y León, puerta de la Historia, Historias del Románico y El verano de tu vida, junto a los más destacados autores actuales..
Obtuvo, en coautoría, el Premio Nacional Giner de los Ríos de Calidad educativa con el trabajo Todos los caminos conducen a… ¡El libro!. Ha recibido varios premios literarios, entre ellos el primer premio del III Concurso Literario Internacional para Docentes organizado por el Museo del Prado y el primer premio del XII Certamen internacional “Una imagen en mil palabras” organizado por la asociación cultural Ars Creatio de Torrevieja (Alicante). Entre sus publicaciones, sobresalen sus participaciones en la editorial Diversidad Literaria: Versos en el aire, Porciones creativas (“Pluma, tinta y papel”) e Inspiraciones nocturnas.
Web www.jamviñas.com


Entrevista a José Antonio Martín Viñas

“Las palabras surgieron para rasgar el silencio del mundo, para comprenderlo. Lo primero que hicieron Adán y Eva fue nombrar la realidad circundante”

José Antonio Martín Viñas


Pregunta.- ¿Por qué es importante estudiar la etimología de las palabras para comprender mejor su significado?
R.- La palabra con el tiempo se ha enfundado en demasiados ropajes y la labor del filólogo, como la del arqueólogo, es ir limpiando y desenterrando las capas que se han ido adhiriendo a ella, hasta llegar a su esencia, es decir, al trono donde se asienta su verdad. Pues no debemos olvidar que el étimo es una palabra griega cuyo significado es ‘verdadero, auténtico’. Y solo lo verdadero y auténtico se abre al mundo si retiramos el velo que entorpece su valor prístino.


P.- ¿Cómo influye la etimología en la forma en que percibimos una palabra en la actualidad?
R.- Como ya sabemos, el léxico de nuestro idioma procede en su gran mayoría de la lengua latina. Y en su evolución, las raíces latinas han generado lo que se llama un doblete, es decir, dos palabras, una llamada cultismo, que se aproxima al original latino, y otra patrimonial, más evolucionada respecto a la raíz latina. Pues bien, a pesar de proceder de la misma raíz, existen matices que las diferencian, lo que nos lleva a reflexionar sobre esas distinciones y sobre su uso en la lengua. Por ejemplo, estricto y estrecho proceden del latín strictu(m), sin embargo, estricto se asocia a la rigidez de una norma, por ejemplo, pero estrecho está más ligado a algo más concreto, como es lo angosto de una calle o lo ajustado de un vestido. Es decir, una misma palabra latina se ha proyectado en diferentes usos en la realidad actual de la nueva lengua a la que ha llegado.


P.- ¿La etimología nos ayuda a conectar diferentes lenguas?
R.- Si la etimología es la ciencia que busca la verdad de las palabras, y si tenemos en cuenta que la mayoría de las lenguas, al menos las de origen indoeuropeo, están unidas al latín y al griego, comprenderemos enseguida que, al estar entrelazadas por un hilo común, su léxico también lo esté. De hecho, en el lenguaje científico apenas existen cambios en la forma de las palabras respecto a su origen latino o griego, salvo aquellos necesarios para adaptarse a la morfología de cada lengua de llegada.


P.- Y Coliño es también el territorio de la duda y de los contrastes.
R.- Dudar es el punto de partida para conocerse a uno mismo. Y eso es lo que le ocurre a un marinero, que no sabe si es marinero en tierra o peregrino en el mar. Y los altibajos se perciben en dos modelos de seres humanos que desean salir de su situación.


P.- ¿Crees que el conocimiento etimológico puede cambiar la forma en que usamos una palabra?
R.- Sin duda. Conocer el origen de cada palabra nos revela significados que no creíamos que estuviesen en la combinación interna del propio vocablo. Por ejemplo, aunque el verbo contemplar procede del latín contemplare con el significado de ‘examinar con atención’, si lo desglosamos, nos hallamos con una importante revelación ya que, además de la preposición cum- ‘con, junto con, unión’, el lexema o raíz es el sustantivo latino templu(m) ‘templo’. La palabra templo procede de la raíz indoeuropea *tem- ‘cortar, dividir’. En este sentido, el templo era el espacio de cielo abierto ‘acortado y delimitado’ por el augur para observar en él los presagios. Así pues, el hecho de contemplar supone prestar atención y examinar los prodigios o señales que vienen de los dioses o de la propia naturaleza.


P.- ¿Puede el origen de una palabra revelar aspectos de la historia y de la cultura de una sociedad?
R.- El ADN de una palabra puede perfectamente desentrañar algunas de las prácticas o circunstancias en las que se usaba. Así, tanto el verbo desear como considerar incluyen en su raíz el término latino sidus, sideris ‘estrella, astro’ (en español tenemos sideral), en alusión a la importancia concedida por los campesinos al hecho de observar o no la presencia de un astro, pues determinaba las condiciones atmosféricas, por ejemplo, para el crecimiento de las plantas. Por tanto, las palabras nos orientan en este caso sobre su valía para la agricultura o la ganadería, técnicas esenciales para la supervivencia del ser humano.


P.- ¿Crees que el estudio de la etimología puede ayudarnos a mejorar la precisión en nuestro lenguaje cotidiano?
R.- Las palabras surgieron para rasgar el silencio del mundo, para comprenderlo. Lo primero que hicieron Adán y Eva fue nombrar la realidad circundante. Seguramente, se colocaron como espectadores ante el mundo y consideraron que todo debería tener un nombre que resonara por los rincones y los confines del universo. Pero como el que rasga una tela lo debe hacer para diseñar un buen traje, un buen vestido, si no, es mejor que no toque la tela, así, el que utiliza las palabras lo debe hacer para construir un buen texto y contexto, para que la finalidad comunicativa sea efectiva.


P.- ¿Qué importancia consideras que tiene la etimología en la creación de neologismos y términos técnicos en el lenguaje moderno?
R.- El latín y el griego alcanzaron tal grado de pericia, versatilidad y ductilidad léxica en todos los ámbitos de la vida y de la ciencia que su contribución a la creación de neologismos no ha dejado de crecer. Es evidente que la ciencia ha necesitado un vocabulario unívoco, es decir, que signifique lo mismo en cualquier contexto, y universal, capaz de ser aceptado en cualquier idioma. En este sentido, el latín y sobre todo el griego han contribuido a aumentar el caudal léxico mediante el recurso a raíces originales griegas o latinas o bien mediante una readaptación del lexema ya sea en posición prefijal o sufijal.


P.- ¿Es posible que la etimología de una palabra se haya perdido o distorsionado con el tiempo? ¿Hay relación entre etimología y semántica?
R.- Es evidente que el tiempo distorsiona los hechos y por supuesto también las palabras. En muchos casos, se trata de etimologías populares que remiten a un origen nada etimológico, pero sí pueden justificar una evolución por contagio, es decir, por el parecido con otras palabras en su pronunciación. Todos podemos recordar el caso del término latino veruculu(m) ‘barra de hierro que servía para atrancar las puertas’ y cuyo resultado es verrojo, pero hoy se utiliza cerrojo, porque sufrió la atracción fonética del verbo cerrar. Muy ligada a esta distorsión tenemos el uso vulgar de mondarina por mandarina, porque se cree que proviene del verbo mondar. Por otra parte, como la etimología y la semántica están muy unidas en muchos aspectos, es habitual que una palabra que en el pasado tenía un significado cambie con el tiempo. Un ejemplo evidente es la res publica latina, cuyo significado era ‘Estado’ y hoy se refiere a una forma de gobierno (república). Las palabras no paran de volar por el aire, por las hojas, por las nubes de almacenamiento, alrededor de nuestros oídos, pero muy pocos saben que están metamorfoseadas, manipuladas y sospechamos que hay algo que nos quieren decir, porque sabemos que en sus entrañas están su verdad, su esencia, su étimo y en el presente libro el lector y lectora hallará todas estas respuestas y una infinidad de curiosidades sobre estos minúsculos seres, que son las palabras.




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